Mucho se ha dicho de cómo el COVID-19 ha sido el gran impulsor de la transformación digital, si bien tiene algo de trágico y cómico, ¡es la pura verdad!
Esta crisis no sólo ha significado un tremendo problema para muchas empresas que han tenido que dejar de lado su estrategia 2020, o en el mejor de los casos flexibilizarla para sobrevivir y mantener la operación del negocio. También, ha sido una gran oportunidad de crecimiento y de nuevos ingresos para otras.
¿Qué pudo hacer esta diferencia?
Simplemente, que las últimas empezaron mucho antes a explorar e innovar, fueron capaces de aprender que el cambio es lo único permanente, y que para mantenerse en un mundo VUCA, es decir, volátil, de incertidumbre, complejo y ambiguo, debes trabajar todos los días para adoptar los nuevos desafíos.
El aprendizaje, se ha posicionado como la gran estrategia para enfrentar la rapidez de los cambios que nos impone el COVID-19, para ello, es necesario que el área de RRHH pase de un enfoque transaccional a un rol más estratégico, en pocas palabras, dejar de inscribir cursos y/o detectar necesidades del puesto de trabajo a impulsar una cultura de aprendizaje continuo. Se tiene que transformar.
Mara Swan en 2017 habló sobre la importancia de la capacidad de aprendizaje continuo o Learnability en el Foro Económico Mundial de Davos, en sus propias palabras la define “como la curiosidad y la capacidad de aprender nuevas habilidades para mantenerse empleable a largo plazo”. A nivel de las organizaciones se podría decir que el aprendizaje continuo permite a las empresas mantenerse vivas y, a las personas mantenerse empleables.
El COVID-19 nos lo enseñó en poco tiempo.
El trabajo remoto está revelando grandes debilidades en las compañías, la falta de conocimientos y habilidades digitales ha dejado de manifiesto la carencia de autonomía en los equipos de trabajo que se traduce en cuellos de botella o lentitud para tomar decisiones.
Las empresas no habían capacitado a sus colaboradores en nuevas formas de trabajo y ahora en poco tiempo quieren hacer todo. El problema es que la actual estructura del área de capacitación en muchas organizaciones, no están diseñadas para entregar una capacitación integral y en tiempo real, porque no se trata de dar un curso aislado de teletrabajo, se trata de una serie de conocimientos combinados para poder trabajar a distancia, donde el colaborador pueda obtener de forma inmediata cursos en línea que le permitan adquirir conocimientos en la medida que lo necesite, en cualquier momento y lugar.
Contar con este enfoque sobre el aprendizaje, significa en la práctica que RRHH debe diseñar planes de aprendizaje que faciliten a los colaboradores adquirir rápidamente distintos conocimientos, con metodologías de enseñanza y aprendizajes motivadoras, con feedbacks constante sobre sus avances, entre otros. Un modelo de aprendizaje de este tipo, permite a las empresas estar más preparadas para abordar cualquier desafío. Todo lo anterior, se traduce en un nuevo desafío para el área de RRHH, revisar su rol en materia de aprendizaje o capacitación y su capacidad de transformarlo en una estrategia empresarial.
Escrito por Tamara Carrizo para HRC